La resiliencia humana es, entonces, esa fuerza impulsora interior que poseemos; la capacidad “natural” que tiene cada uno de nosotros para poder tolerar las adversidades de la vida; de poder transformarlas en desafíos, en nuevas oportunidades para fortalecernos.
Las personas "resilientes" son seres comprometidos consigo mismos, que se permiten el "control" de las circunstancias y, sobre todo, estar "abiertos" aceptando los cambios, ya que interpretan las experiencias como parte esencial de la propia vida que viven; es decir, de su propia existencia.
Ser "resiliente" es ser una persona conciente de su individualidad y de su identidad. Saber realmente quienes somos, es reconocer nuestra propia esencia para poder tener res-puestas (y decisiones) competentes ante estas "posibilidades de aprendizaje" (como podríamos llamar a las adversidades).
Las adversidades ponen a prueba nuestro “auto-liderazgo”. En muchas ocasiones, la mayoría de nosotros en algún momento de la vida hemos llegado a tocar fondo, quizás sin esperanzas.
Ante la adversidad, saber tomar elecciones correctas es estar concientes de que cada suceso es una oportunidad, un desafío para fortalecernos. La luz interior es la que nos hará superar cada situación, aprendiendo de ellas.
Ante la adversidad, saber tomar elecciones correctas es estar concientes de que cada suceso es una oportunidad, un desafío para fortalecernos. La luz interior es la que nos hará superar cada situación, aprendiendo de ellas.
Liz Rodriguez
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