viernes, 7 de noviembre de 2008

Mujer, Esposa y Profesional

Las mujeres sabemos que no somos ni inferiores ni superiores a los hombres, sino más complejas, multidimensionales, y multifuncionales. Afirmamos en nuestro día a día, la necesidad y la posibilidad de que hombres y mujeres podamos combinar la vida profesional con la vida personal. A nuestro modo, tratamos de reconstruir una sociedad desunida, terminando con la vieja polarización sobre fuertes y débiles cada uno por su lado. La idea no es de construir un mundo a favor de la mujer, sino recomponer el que ya tenemos.


Acá es donde asoma toda nuestra espiritualidad, nuestras emociones y sensaciones.

Le impregnamos al mundo lo que le falta y a nosotras nos sobra, la emoción. No queremos abandonarla sino juntarla con la razón para que todo tenga otro color.


En esta búsqueda continua de la felicidad, aún la mujer que tiene un gran éxito profesional, no quiere renunciar al sexo ni a la maternidad. Y en esta eterna búsqueda del equilibrio para mantenernos como mujer, madre y profesionales es donde la vida se nos complica, pero como nos encanta el desafío, es lo que nos mantiene vivas y donde encontramos la felicidad.


Es en las pequeñas cosas donde las buscamos: la risa de los hijos, el abrazo del gran compañero de toda la vida, una felicitación del jefe, una charla con el hijo mayor, la luz de las velas en un noche de pasión, ver, crecer y compartir la vida de los que nos rodean. Nuestro ámbito se agranda y en esas pequeñas cosas buscamos la felicidad. Preferimos la combinación de todas estas actividades antes que la satisfacción total de una sola. Nos desafiamos a nosotras mismas, nos proyectamos, nos convertimos en madres, pero también en grandes profesionales y sobre todo, en mujeres que luchan en todos sus ámbitos.

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